El Río Endara es un curso fluvial que desde su nacimiento, en el paraje de Biursoro, hasta su final, como tributario del Bidasoa, recorre 11,4 kilómetros.

Recorre el municipio navarro de Lesaka, aunque su tramo final lo comparte, sirviendo como frontera natural, con el de Irún, ya en Gipuzkoa, entre la Comunidad Foral de Navarra y el País Vasco.

En su camino no pasa por ninguna población, pero sus aguas se retienen en los Embalses de Domiko y de Endara. Sus principales afluentes, todos de poco recorrido, son los arroyos de Gorosmigelgo (3,1 Km), Urgurutzeta (1,9 Km) y Telleriko (2,5 Km), pertenecientes a Navarra.

El río nace junto a la borda de Burnaiztegi, una de las cabañas ganaderas aisladas, que servían para resguardar al ganado en la montaña. En este caso se localiza bajo un collado a 714 metros de altitud, siendo esta línea de cumbres el límite con el término municipal de Goizueta, en el paraje de Biursoro. Es un paisaje densamente arbolado, en el que destacan las hayas como bosque autóctono, pero abundando de igual manera las repoblaciones forestales.

La pendiente conduce la corriente hacia el noreste, para, apenas dos kilómetros aguas abajo, encontrarse con la presa del Embalse de Domiko.

La historia de este dique comienza en 1.897 cuando un empresario local, Ramón Aguinaga, consigue una concesión de aguas sobre el Endara para el aprovechamiento eléctrico.

En este momento existían multitud de pequeñas compañías eléctricas, productores locales que se encargaban del suministro en áreas cercanas, ya que para principios del siglo XX, con el uso de la corriente continua, no era viable el transporte de la energía a grandes distancias, dadas las enormes pérdidas que se producían en el camino.

En 1902 se hace cargo del alumbrado público de Irún, convirtiéndose en la  Hidroeléctrica de Irusta. Posteriormente se fusiona con la empresa Tranvía Irun-Fuenterrabía, considerando la posibilidad de electrificación de ese medio de transporte, que hasta ese momento funcionaba con tracción animal. En 1907 se proyecta la construcción de la presa para regular el caudal, así como una derivación desde la cercana Regata Endarra para aumentar el aporte

Según la prensa de la época, para 1913 tan solo faltaba el revestimiento de la estructura con callendrita, un material compuesto por cáñamo asfaltado que garantizaba, según el fabricante, la absoluta impermeabilidad de las obras.

Desde esta época, y hasta la actualidad, alimenta las pequeñas centrales de Domiko e Irusta, situada la primera muy cerca del dique, y la segunda algo más alejada, cerca de Irún.

La presa resultante es de arco-gravedad. Se levanta 26 metros desde sus cimientos, con una longitud de coronación de 26 metros. Su cumbre, de ocho metros de ancho, permite el paso de peatones.

Desde aquí el río sigue hacia el norte. El valle baja, estrecho, y los bosques siguen siendo los protagonistas, solo interrumpidos por lo cultivos que rodean los escasos caseríos, como los de Intzinberri, o el de Garaikoetxea, que progresivamente están siendo abandonados.

Aquí comienza un nuevo represamiento, el Embalse de Endara o de San Antón. Es propiedad de Servicios de Txingudi, que se encarga de gestionar el abastecimiento de Irún y Hondarribia. Su proyecto se inicia cuando la presa de Domiko se vuelve insuficiente para cubrir la demanda, por lo que se plantea la construcción de un nuevo embalse aguas abajo.

Financiarlo no resultaría fácil, pero se logró de una manera un tanto complicada. A mediados del siglo pasado, el Ayuntamiento de Irún cobraba un pequeño peaje por el paso por el Puente Internacional, que llegaba desde Europa, haciendo frontera con Francia. El Estado le ofreció financiar una obra civil a cambio de su retirada. Años más tarde se utilizó este trato, documentando en el Archivo Municipal, como base de la reclamación para costear la construcción de esta importante mejora para la comarca. No sin litigios, se consiguió que los tribunales fallaran en beneficio de la ciudad.

Las obras comienzan en 1984, y terminan en 1988, cuando se culmina la presa. Esta estructura está compuesta por materiales sueltos con una pantalla de hormigón en su parte interna que alcanza los 56,8 metros de altura sobre su base de cimentación, durante los 200 metros necesarios para sellar el vaso. Es capaz de albergar 5.091 hectómetros cúbicos de agua, anegando una superficie de 28 hectáreas. Las aguas se conducen hasta Elordi, donde son turbinadas para producir 1.679 Mwh antes de ser potabilizadas y distribuidas a la población.

El topónimo de San Antón proviene del barrio de mismo nombre que quedó sepultado bajo las aguas, quedando como recuerdo la ermita, en la orilla derecha del pantano.

A la salida del embalse, el río retorna al paisaje boscoso, que le conduce, en dirección noreste durante dos kilómetros más, antes de girar al este para, otros dos kilómetros más adelante, en Endarlatsa, encontrarse con el Bidasoa, al que vierte sus aguas para ser conducidas al mar, sirviendo en su parte final como frontera con Francia. Termina su recorrido entre las localidades de Hendaya y Fuenterrabía.

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