Los Lagos de Chagozos son un grupo de lagunas de pequeño tamaño que se encuentran en el asturiano municipio de Ibias, muy cerca de la vertiente que señala el límite administrativo con la Provincia de León, en el Municipio de Candín. Concretamente, se sitúan en la confluencia de las la Sierras de Mingatón y de La Corredoira, en la zona de Los Ancares.

Se localizan en las coordenadas 6°46’11’’ longitud oeste y 42°53’07’’ latitud norte (WGS84), que se corresponden con las 682.118 – 4.750.479 del sistema de referencia Universal Transversal Mercator (U.T.M.) Datum ETRS 89, zona 29.


No tiene una masa de agua muy claramente  definida, sino que se extiende como una serie de manchas que ocupan un área de algo más de 1.250 m2, en torno a los 1.800 metros de altitud.

 

El sustrato rocoso, enmarcado en la zona geológica astur-leonesa, se compone principalmente de pizarras negras del ordovícico medio, concretamente las capas de Berducedo, semejantes a las pizarras de Luarca.

Dentro de estas lagunas, se pueden distinguir tres grupos; el primero, de mayor tamaño, es el que se encuentra más elevado, en la posición más meridional. Es la única lámina de agua con cierta continuidad. Los grupos medio y septentrional son zonas planas que retienen el agua, formando una gran cantidad de charcas de dimensiones reducidas y variables, en función de las condiciones hídricas estacionales.

La mayor superficie encharcada se encuentra en el miembro intermedio, donde se pueden identificar hasta 36 masas individualizadas, que se puede unir en momentos de mayor acumulación de precipitaciones.

Su formación se corresponde con distintos procesos glaciares. La cumbre de sierra se conforma como una arista glaciar, una línea afilada tallada por multitud de circos glaciares que van tallando la roca en ambas vertientes. El punto más alto lo define el Pico Miravalles, a 1.966 metros, que asediado por el hielo en todas sus caras, queda reducido a una forma piramidal, geomorfológicamente conocido como “horn” o cuerno glaciar.

Es en la cara norte donde la cabecera del Río Luiña es ocupada por un glaciar que amplía y excava la superficie original del valle, al descender por gravedad. Las discontinuidades litológicas provocan cambios de pendiente, por lo que se produce una incidencia mayor en las partes más blandas, generando cubetas que se tapizan con los materiales arrancados por la abrasión, una mezcla de cantos y arenas denominada “Till”.

El hielo se va retirando paulatinamente, dejando al descubierto las partes deprimidas, que se irán rellenando con los materiales que desaloja las aguas de fusión del glaciar, formando unos nuevos depósitos fluvioglaciares. Son estas removilizaciones las que van colmatando sucesivamente las hondonadas, formando unas superficies aplanadas. La baja pendiente, con una escorrentía escasa, da lugar a las numerosas charcas que conforman este sistema, ante la dificultad de ser evacuadas.

La vegetación, dada la altitud y lo escarpado del terreno, es escasa y rala. En muchos casos, el roquedo aflora, y muchos de los depósitos de clastos que se forman por la disgregación del sustrato se mantienen con muy poca cobertura, indicando la intensidad actual del proceso.

La parte más alta de la sierra se encuentra ocupada por matorral de brecina, que se tornan en prado en el lago superior. Los inferiores, por su parte, se encuentran rodeados por, cervunales mesohigrófilos, compuestos de gramíneas que requieren una humedad alta en el suelo. En estas partes más llanas también aparecen turberas, con suelos muy ricos en una materia orgánica escasamente descompuesta.

Esta área se encuentra enmarcada en la parte más meridional del espacio del Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, desde su declaración por parte del Principado de Asturias, en el año 2002. Es un gran refugio de fauna, entre la que cabe destacar el oso pardo y el urogallo cantábrico