El Embalse de Domico, o Domiko, es una masa de agua artificial, que por sus características físicas, se asimila a un lago, por lo que se incluye en esta categoría. Se sitúa en el Término Municipal de Lesaka, en Navarra. En la actualidad, la presa que retiene el agua pertenece a la Mancomunidad de Servicios de Txingudi.

Se localiza en las coordenadas 1°45’55’’ longitud oeste y 43°14’59’’ latitud norte (WGS84), que se corresponden con las 600.223 - 4.789.292 del sistema de referencia Universal Transversal Mercator (U.T.M.) Datum ETRS 89, zona 30. Ocupa una superficie de 39.770 m2, encerrado dentro de un perímetro de 1.187 m. Su orilla se encuentra en la cota de los 445 metros sobre el nivel del mar.

La gestación de este embalse comienza ya hace más de cien años. Concretamente en 1897, cuando un empresario local, Ramón Aguinaga, se hace con una concesión para el aprovechamiento de 200 litros de agua por segundo del caudal del río Endara para la producción hidroeléctrica. La concesionaria se denomina Sociedad Electra Irún-Endara.

Sus planes incluían también el abastecimiento de agua potable para la ciudad de San Sebastián a partir del agua turbinada, ya que tanto la pendiente como la calidad se mostraban como óptimas para su distribución. Para esto se proyectan en un inicio dos saltos, de 200 y 100 metros respectivamente.

Muy pronto, sin embargo, la ciudad de San Sebastián opta por abastecerse desde una concesión el río Añarbe en detrimento de este. Por esa razón, en 1899 se solicita la modificación del proyecto, que pasa a ser un solo salto, centrado en la obtención de electricidad, logrando un diferencial de 330,88 metros, reduciendo a la vez el coste de las obras. En 1907 se amplía el caudal a los 500 litros por segundo, a la vez que se autoriza a la creación del pantano para normalizar el flujo.

Según la prensa de la época, para 1913 tan solo faltaba el revestimiento de la estructura de la presa con callendrita, un material compuesto por cáñamo asfaltado que garantizaba, según el fabricante, la absoluta impermeabilidad de las obras.

En 1920 se aumenta la concesión a 540 l/seg en invierno y 300 en verano, y en 1923 se cambia la localización de la casa de máquinas hasta el lugar que ocupa en la actualidad.

El aprovechamiento pasa a componerse de dos saltos. El primero se trata de un canal de derivación de la Regata Errenga, que parte desde un azud para llegar a una cámara de carga en el paraje de Gaizabal, recorriendo durante un kilómetro en paralelo a la margen derecha del curso. Es una obra excavada en el terreno, reforzada por mampostería y hormigón, con un calado de 0,6 metros.

Desde la cámara de carga, además de una tubería forzada hacia la central, parte otro canal de hormigón, de 300 metros de longitud por uno de ancho, hacia el embalse de Domiko, con el objeto de aliviar el exceso de agua, en caso de producirse.

El dique de Domiko es el encargado de retener las aguas del Endara, y será, en último término, el que defina las dimensiones y volumen de esta masa de agua. Es una presa de arco-gravedad que se levanta 26 metros sobre sus cimientos. Su coronación mide 95 metros de largo, con una anchura de 8 metros que permite el tránsito peatonal. Desde el paramento sale hacia la Central Hidroeléctrica de Domiko una nueva tubería forzada, para alimentar una de las turbinas.

El edificio de la central, levantado en 1920, tiene unas dimensiones de 10,85 x 5,55 metros, con una altura de 5,5 metros, presentando una estructura de pilares de hormigón armado. Alberga dos turbinas, una para cada uno de los saltos, pero acopladas al mismo eje, que acciona un generador de 300 Kw.

La primera turbina es de tipo Pelton con dos inyectores, capaz de turbinar hasta 150 l/s, a una velocidad de 750 revoluciones por minuto. Se abastece desde la cámara de carga del Errenga.

La segunda es una turbina de tipo Francis espiral, fabricada por Berriengeo de Usurbil. Es capaz de turbinar 225 l/s, a la misma velocidad que la anterior. En este caso está directamente abastecida desde la presa de Domiko.

En 1992 la Sociedad Aguas de Txingudi-Txingudiko Urak, S.A., una sociedad pública de gestión de aguas, perteneciente a los ayuntamientos de Irún y Hondarribia, adquiere la central y los derechos de la concesión de agua. Se decide mantener en lo posible la maquinaria original, pero se procede a la reparación y actualización de los equipos, que pasan a ser automáticos.

Aunque la geología subyacente no es determinante para la formación de esta masa de agua, con un componente claramente antrópico, la decisión tomada para su localización sí que se encuentra vinculada a la aparición de un gran plutón granítico, como señalan en la memoria del proyecto original, ya que la pureza de sus aguas eran interesantes de cara a un posible consumo humano . Un plutón es una masa de magma intrusiva, que se encaja entre los materiales anteriores, aunque sin llegar a aflorar en superficie antes de enfriarse. Las rocas previas limítrofes, al estar cerca de tan altas temperaturas (superiores a los 600ºC) se recristalizan, sufriendo una metamorfosis, cuya intensidad es proporcional a la distancia a la que se encuentre, por lo que se forma una aureola metamórfica. Los procesos geológicos posteriores son los encargados de sacar a la luz el granito que forma este Macizo de Aia.

Su datación es compleja, pero al observar que materiales se han visto afectados por el calor, se sitúa la intrusión en el pérmico, hace 267 millones de años según las dataciones Uranio-Plomo.

La vegetación arbolada rodea el embalse, representada por un bosque mixto, así como por abundantes plantaciones de coníferas. Destacan especies como el roble americano (Quercus rubra), el pino insigne (Pinus radiata) o el alerce japones (Larix Kaempferi), representativos de las extensas repoblaciones que se llevaron a cabo entre 1922 y 1977 por la Diputación Foral. Pero entre todo llama la atención un enorme ejemplar de secuoya roja (Sequoia sempervirens), declarada como Monumento Natural de Navarra (M.N. 36), el de mayor altura de todo este catálogo. Su base mide 2,42 metros de diámetro, y llega a los 46 de altura. Su copa ocupa una superficie de más de 200 m2.