Hidrología
Hidrología
La Confederación Hidrográfica del Cantábrico, O.A. se encarga de la gestión de 23.952 km de cauces. El ámbito de la cuenca, a efectos de su planificación, está distribuido en 20 sistemas de explotación o subcuencas, dentro de los cuales se han definido 332 masas de agua superficiales (305 de categoría río, 17 embalses, 6 lagos naturales y 4 lagos artificiales). Existen igualmente un total de 34 masas de agua subterránea..
En el visor cartográfico del Organismo puedes consultar las capas de cauces 1:25.000 y 1:50.000, lagos y lagunas, embalses y sistemas de explotación (lista de capas > hidrografía) y las capas de masas de agua definidas de acuerdo con la planificación hidrológica vigente (lista de capas > masas de agua).
Hay que tener en cuenta que los nombres de los ríos, lagos y arroyos son el resultado de uso por lo que su denominación y su grafía pueden variar a lo largo del tiempo y según el usuario. Los nombres que este Organismo utiliza son los correspondientes a la capa de hidrografía oficial 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Ríos
Los ríos que desembocan en el mar Cantábrico se caracterizan por ser cortos, aunque en general caudalosos. Lo primero está justificado por la proximidad de la cordillera a la costa y lo segundo por las abundantes precipitaciones que recibe todo el sector septentrional de la Península, al estar abierto a los vientos marinos, en particular a los del Noroeste que son los portadores de las lluvias.
La vertiente Cantábrica corresponde a una multitud de cuencas independientes de superficie afluente con carácter general pequeña, cuyas características principales vienen determinadas por la proximidad de la divisoria al mar, entre 30 y 80 km. En recorridos tan cortos las redes fluviales no han llegado a alcanzar desarrollos importantes, estructurándose salvo contadísimas excepciones (los ríos Nalón, Saja-Besaya, Nervión), en una serie de cursos fluviales que descienden desde las altas cumbres hasta el mar, a los que afluyen otros cauces menores de pequeña entidad y carácter normalmente torrencial.
El territorio está formado por valles profundos en V, con fuertes pendientes en las laderas y escasos espacios horizontales ya que la capacidad de transporte sólido de los ríos impide la formación de valles de relleno. Son una excepción los valles de los ríos Pas y Pisueña en Cantabria, o Ibaizabal en Bizkaia que forman valles horizontales de hasta un kilómetro de anchura.
Lagos
La Directiva Marco del Agua define “lago” como "una masa de agua continental superficial quieta". En el ámbito de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, O.A., se han identificado 10 masas de agua de categoría lago: 4 de ellas son naturales, 4 artificiales y 2 muy modificadas.
Según la Instrucción de planificación hidrológica, aprobada por Orden ARM/2656/2008, de 10 de septiembre, se consideran como masas de agua de categoría lago aquellos lagos y zonas húmedas que cumplen con una de las condiciones siguientes:
- Superficie superior a 0,08 km² y que, al mismo tiempo, tengan una profundidad superior a 3 m.
- Superficie mayor de 0,5 km², con independencia de su profundidad.
A continuación puede consultar información sobre los principales lagos o zonas húmedas del ámbito territorial de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, O.A.
Embalses
Atendiendo a los criterios establecidos en la planificación hidrológica para la delimitación de masas de agua, en el ámbito de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, O.A. existen 17 masas de agua de categoría río muy modificado asimilables a embalse: 11 en la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental (Salime, Doiras, Arbón, La Barca, Tanes, Rioseco, Priañes, Trasona, San Andrés de los Tacones, La Cohilla y Alsa/Torina) y 6 en la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Oriental (Ordunte, Maroño Izoria, Arriarán, Ibiur y Añarbe y San Antón).
De acuerdo con la normativa en materia de seguridad de presas y embalses se define como “presa” cualquier estructura artificial que, limitando en todo o en parte el contorno de un recinto enclavado en el terreno, esté destinada el almacenamiento de agua dentro del mismo, entendiéndose incluidas las balsas de agua y, como “embalse”, el recinto artificial de agua limitado, en todo o en parte, por la presa. También puede referirse al conjunto de terreno, presa y agua almacenada, junto con todas las estructuras auxiliares relacionadas con estos elementos y con su funcionalidad.
Existen en el ámbito del Organismo 54 presas clasificadas como “grandes presas”.
Puede obtener información sobre algunos de los embalses del ámbito territorial de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, O.A. en el Inventario de presas y embalses del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Aguas subterráneas
Las aguas subterráneas son parte esencial del ciclo hidrológico: el agua subterránea representa una fracción importante de la masa de agua presente en los continentes y se almacena en las formaciones geológicas porosas denominadas “acuíferos”, dentro de los cuales se mueve y presenta interrelaciones con las aguas superficiales, lo que se manifiesta de forma notoria en la aparición de fuentes naturales y zonas húmedas.
La Directiva Marco del Agua define las masas de agua subterránea como “un volumen claramente diferenciado de aguas subterráneas en un acuífero o acuíferos".
En el ámbito de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, O.A., se han identificado 34 masas de agua subterránea.
Sistemas de explotación
El ámbito territorial de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, O.A., se ha dividido en 20 sistemas de explotación de recursos, atendiendo principalmente a criterios hidrográficos.
Estos 20 sistemas de explotación a su vez están formados por una o varias zonas y su división responde a criterios de funcionalidad en la explotación de los recursos hídricos en la cuenca.
Cada uno de estos sistemas está formado por el río principal y su estuario, así como por el conjunto de afluentes que forman una densa red fluvial de carácter permanente, a excepción de los ríos Nive y Nivelle, que desembocan en la costa cantábrica francesa. Además, los sistemas de explotación integran otros ríos menores que desembocan directamente en el mar.