El Río Ponga es un curso fluvial, que desde su nacimiento en el Monte Salguerosa, bajo la Majada de La Bolera, hasta verter sus aguas en el Río Sella a la altura de Santillán , recorre 28,9 kilómetros. Para ello debe recorrer los concejos de Ponga, con el que comparte nombre, y el de Amieva, ya en su tramo final.

En su camino sólo se encuentra pequeñas localidades como Sobrefoz y Sellaño, y aunque sin atravesarlos, Abiegos y Candenaba, ya que se encuentran colgados a mayor altura en el valle. Sus principales afluentes son la Riega Ameu (3,9 Km), el Río Taranes (5,8 Km) y el Río del Valle del Moro (12,9 Km), el de mayor longitud.

Nace el río en el interior de los espesos hayedos ponguetos, bajo la Collada Texediellu. En un receso en las alturas de los montes, a más de 1.500 metros sobre el nivel del mar se cobija un pequeño claro, la Majada de La Bolera.

Las majadas asturianas, como esta, son pequeños poblados donde se construían escuetas cabañas, habitadas por los pastores en los meses de verano, cuando se retiran las nieves, para aprovechar el alimento para la ganadería. Era una pequeña trashumancia en la que las familias se trasladaban, transformando la quietud en un bullicio estival. El retroceso de esta actividad en estos tiempos, hace que entren en decadencia, por lo que muchas de las habitaciones se encuentran abandonadas y derruidas.

Siguiendo la pendiente, el río baja en dirección este, pero muy pronto cambia a sureste para llegar a la Vega de Ventaniella. En ella se encuentra una capilla y una venta, localizada en tan remoto lugar por su proximidad a la calzada romana. La Venta sigue ofreciendo a día de hoy alojamiento y comida entre los meses de agosto y octubre. La regenta siempre el ganador de la subasta que se celebra cada cuatro años entre los vecinos de Sobrefoz. Aquí se celebraban, tradicionalmente, a principios de septiembre, populosas romerías.

Una vez evitado el cordal rocoso de Viaño, el curso vira a norte, ampliando la vega que lo acompaña, mientras se alimenta de pequeños afluentes que baja de los montes que lo rodean.

No hay pueblos todavía, aunque sí algunas casas, como las de La Faeda, también antiguas ventas asociadas a la antigua calzada, y así continua hasta llegar a Sobrefoz (93 hab), una aldea no muy populosa. Debe su toponimia a encontrase sobre una “foz” o desfiladero que el río talla para proseguir su avance.

Y es que poco más aguas abajo, el río corta las rocas calizas del Cordal de Ponga, que sobresalen formando una retorcida alineación muy plegada. Sobre ellas, talla un estrecho canal que permite, no sin dificultades, su paso. Es la misma roca que, muy cerca, se pliega sobre si misma para formar uno de los picos más espectaculares de Asturias, no tanto por su altitud, respetable con sus 1.950 metros, sino por su forma; el Tiatordos.

Geológicamente, se trata de una serie de mantos que forman cabalgamientos; el plegamiento es tan intenso que los pliegues se montan unas sobre otros. Pero además sufre otros esfuerzos transversales que retuercen el frente, generando las elevaciones más altas. El más intenso de todos forma el Pico Tiatordos, que presenta una ladera de fuerte pendiente hasta llegar a la máxima cota, desde donde desciende bruscamente hacia un circo que casi se cierra sobre si mismo. Aquí se recoge las aguas el Arroyo de Tanda, que fluye hacia el Río Taranes, uno de los principales tributarios de este curso.

Un kilómetro aguas abajo recibe la Riega Ameu, también nombrada como Les Follaques, cerca de San Juan de Beleño, y comienza a virar su rumbo hacia el noroeste, encontrándose con Abiegos (45 hab).Este viraje se va acentuando tras recibir la Riega Dielda para atravesar diversas sierras, una vez pasado bajo el puente medieval de El Rotortoriu.

La Sierra Castiello y de la Pandiella aparecen antes de encontrase con el Río Taranes, en la Casona de Mestas, un antiguo balneario que aprovecha las aguas termales que surgen en este punto, bajo la Sierra Castiellos.

Regresa al rumbo norte hacia la casería de Sotos, e incluso hacia el noreste para llegar a Pilanegru, donde se encuentra con el Río Salgaredo, y poco después, en la confluencia con su principal afluente, el Río Valle del Moro, con Sellaño (70 hab).

La dirección torna hacia el este para cruzar otra serie de mantos geológicos muy continuos de la Sierra Barbaroña. Pasa por Santoveña (15 hab) y la Vega Sebarga (18 hab), donde las montañas dan un pequeño respiro. El giro se completa hasta llegar a un rumbo este, apenas sureste, para pasar por Parcia (30 hab), llegando poco después a su destino, el Río Sella, a la altura de Santillán.

Este cauce, uno de los más conocidos de la región, le acompañará hasta el Mar Cantábrico, donde verterá sus aguas en Ribadesella.

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