El Río Güeña es un curso fluvial, que desde su nacimiento bajo el collado de El Gargüezu, cerca de La Robellada, hasta unirse al Río Sella, en Cangas de Onís, recorre 23,7 Km. Transcurre por los concejos de Onís y Cangas de Onís, terminando en la frontera que el Sella traza con el de Parres.

En su camino pasa por las poblaciones de la Robellada, Avín, Benia, Mestas de Con, Corao y Cangas de Onís. Sus principales afluentes son los ríos Tabardín (5,1Km), Piedrahita (5,4 Km) y Reinazo (8,5 Km), el de mayor longitud.

Nace el Río Güeña bajo el Collado de Gargüezo, a apenas 380 metros de altitud. Es un pequeño resalte de las estribaciones de los Picos de Europa, que lo separa poco más de 400 metros del curso de Río Bedón, al otro lado de la ladera.

Toma una dirección muy marcada de este a oeste, que no abandonará en ningún momento para llegar al pueblo de la Rebollada (137 hab). Traza un valle relativamente estrecho, que será asiento de las principales poblaciones del Concejo de Onís, ya que su parte más meridional es mucho más quebrado y montañoso, ya dentro de las altitudes de los Picos de Europa.

Pasa por Avín (104 hab) rodeando las casa por el sur para llegar a la capital del concejo, Benia de Onís, en la vega que se forma al encontrase con el Río Allones. Que sea la capital nos podría llevar a pensar que se trata de una gran concentración urbana, pero no alberga a más que 226 personas, conservando su fisionomía rural en gran medida.

Es aquí donde reside el Centro de Interpretación de las Montañas del Quebrantahuesos, donde además de una exposición sobre este buitre, se realizan diversas actividades para la conservación de la especie. No mucho después pasa por los pueblos de Talavero (50 hab), Villar (51 hab) y Sirviella (51 hab), que se disponen junto al cauce en un breve lapso de espacio.

Mientras, traza una ligera curva hacia el norte para evitar el Monte La Xerra, una elevación de 266 metros que le impide seguir con su dirección original, a la que vuelve tan pronto supera el obstáculo, pasando al concejo de Cangas de Onís mientras circula bajo el Puente Pelamoro. Acto seguido completa una ese, esquivando en esta ocasión el Monte de Peña Edrada, para adquirir un dirección noroeste hacia Mestas de Con (196 hab).

A la salida recibe las aguas del Río Tabardín, que bajan desde las estribaciones del Parque Natural de los Picos de Europa, formando a partir de este punto una amplia vega de más de dos kilómetros de longitud que termina en Intriago (107 habitantes), al recibir la afluencia del Río Umondi. Son estas tierras llanas, muy escasas en una zona tan intrincada como esta. Fueron por eso aprovechadas tradicionalmente por la agricultura, siendo la principal fuente sustento junto al ganado que pastaba en los puertos, conservando en la actualidad la fisionomía de un mosaico de prados y cultivos.

Otro de los pequeños resaltes topográficos con los que se encuentra a su paso, obliga al río a trazar un meandro que deja en su interior una pequeña península, donde se localizan las casas de La Estrada (26 hab) tras que el que se acerca al pueblo de Corao (107 hab), en la confluencia con el Río Chico.

En este pueblo residió Roberto Frassinelli. Nacido en 1811 en Alemania, se convirtió en uno de esos científicos decimonónicos que abarcaban grandes campos de conocimiento. Por su activismo político, decidió trasladarse a vivir a Madrid. Allí conoció a la que sería su esposa, natural de este lugar, por lo acabó trasladándose a Corao en 1854, donde residiría hasta su muerte. Enamorado del paisaje de Los Picos, se perdía en los montes durante semanas, en el corazón de las montañas En un recoveco del Río Pomperi (afluente del Dobra), se encuentra el conocido como “Pozo del Alemán”, allí donde gustaba de bañarse en las gélidas aguas, ante la sorpresa de sus vecinos Pero su obra más conocida quizás sea el trazado inicial de los planos de la Basílica de Covadonga, uno de los destinos turísticos más visitados de Asturias.

Aguas abajo, entre Celorio (20 hab) y Soto de Cangas (153 hab), recibe las aguas del más largo de sus afluentes, el Río Reinazo, aumentando su caudal. Desde este punto ya pasa a formar con continuidad una vega amplia y llana, que el río corta trazando frecuentes meandros hasta desembocar en el Río Sella en Cangas de Onís, poco después de que este cruce bajo el Puente Romano (en realidad, de fábrica claramente medieval)

Cangas de Onís, que cuenta con 4.000 habitantes, fue la primera capital del Reino de Asturias, según la leyenda, tras la Batalla de Covadonga, antes de que se trasladara a Oviedo. Desde este lugar, el Sella continúa su camino hasta llegar a Ribadesella, donde vierte sus aguas en el Mar Cantábrico.

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