La ocupación de las  vegas fluviales por usos urbanos e industriales, vías de comunicación e infraestructuras, usos agropecuarios y otros usos ha supuesto la deforestación de las riberas naturales de nuestros ríos, su encauzamiento o soterramiento y, para proteger estos usos de las crecidas naturales del río, la construcción de estructuras de regulación y defensa contra inundaciones.

Estas ocupaciones y alteraciones morfológicas  de nuestros ríos suponen:

  • La exposición de la población y usos sensibles a un riesgo por inundación, cuando el río ocupa, de forma natural, su llanura de inundación en épocas de crecidas.
  • La pérdida de funciones   que  las  llanuras de inundación desempeñan en condiciones naturales.  En condiciones naturales, cuando los caudales del río aumentan ocupan las llanuras de inundación, en  las que se frena la velocidad y energía del agua,  ya que están formadas por materiales con  alta capacidad de infiltración. Por tanto, se reduce el riesgo de inundación aguas abajo.  En los desbordamientos, además, se produce la recarga de nuestros acuíferos, y la deposición de sedimentos y de nutrientes. Por eso, las vegas fluviales son terrenos fértiles, habitualmente ocupados por cultivos. 
  • La pérdida de funciones de la  vegetación de ribera, entre las que se encuentra estabilizar las márgenes de los ríos, regular la temperatura del río, evitar que lleguen contaminantes al río o  albergar una elevada biodiversidad.

También la construcción de presas y azudes y las detracciones de caudales producen alteraciones hidromorfológicas en los ríos y representan un problema significativo para la consecución de su buen estado.
 

¿Qué hace la Confederación Hidrográfica?

Para evitar y mejorar el deterioro morfológico de nuestros ríos la Confederación Hidrográfica realiza las siguientes actividades:

 

RÉGIMEN DE AUTORIZACIONES

Para minimizar las ocupaciones y alteraciones morfológicas que los usos a instalar en el territorio producen en los ríos la Confederación tramita las autorizaciones necesarias para realizar obras y otras actividades,  establece las condiciones en las que se pueden realizar,  inspecciona y analiza su cumplimiento y, en caso de incumplimiento, insta a adoptar medidas correctoras.

 

RESTAURACIÓN FLUVIAL

Para mejorar el estado hidromorfológico de nuestros ríos  la Confederación Hidrográfica programa y ejecuta proyectos de restauración fluvial y de mejora de la continuidad longitudinal. 

La restauración de los ríos significa recuperar los procesos fluviales naturales y, con ellos, el funcionamiento ecológico y las formas y comunidades biológicas primitivas del cauce y sus riberas.

Para ello, se requiere aumentar el espacio fluvial, de forma que recupere la conectividad en todas las direcciones (transversal, longitudinal y vertical), y mejorar el régimen de caudales de agua y de sedimentos circulantes, para dar paso a los procesos naturales de erosión y sedimentación, que permitan recuperar los hábitats y comunidades biológicas nativas de cada lugar.

Además de mejorar su funcionamiento ecológico y su estado, la restauración de ríos permite minimizar los riesgos de inundación y fomentar el uso racional del espacio fluvial y los recursos que los ríos nos proporcionan.

 

ORDENACIÓN DEL TERRITORIO Y URBANÍSTICA

La Confederación Hidrográfica vela porque en la ordenación territorial y los desarrollos urbanísticos pormenorizados se tengan en cuenta las limitaciones existentes en el dominio público hidráulico y en sus zonas de protección para minimizar las afecciones de los usos del territorio.

 

PLANIFICACIÓN

La planificación hidrológica se encarga de diagnosticar el estado de las masas de agua, caracterizar las presiones a las que están sometidas, fijar las medidas que se han adoptar por parte de las administraciones y agentes para recuperar y conservar el buen estado ecológico y establecer normativa adicional sobre los usos del dominio público hidráulico y sus zonas de protección.