La Laguna Caballuna es una laguna de origen glaciar en el asturiano municipio de Caso, en la Sierra de Valverde, cuyas cumbres marcan el límite con el Concejo de Aller. El Pico de los Fueyos (1.891 m) es la cima que domina esta masa de agua, a poca distancia del más alto y conocido Pico Torres (2.100 m)

Se localiza en las coordenadas 5°24’09’’ longitud oeste y 43°05’22’’ latitud norte (WGS84), que se corresponden con las 304.464 – 4.773.560 del sistema de referencia Universal Transversal Mercator (U.T.M.) Datum ETRS 89, zona 30. Ocupa una superficie de 15.398 m2, encerrada dentro de un perímetro de 653 m. No se considera un grupo de lagos, pero es el mayor de una serie de lagunas de génesis igualmente glaciar, que jalonan la vertiente septentrional de la sierra, incluyendo  el Lago de Cueto Ladrón, los del Arenal, Las Lagunielles o, el más cercano, el Lago Piornal. Un poco más alejado, hacia el este, se encuentra otro de los lagos de mayor entidad, el de Ubales.

Geológicamente nos encontramos sobre el límite del manto de Rioseco, un cabalgamiento entre los de Laviana y Campo de Caso. La sierra que da soporte al lago sigue la estructura de una capa de cuarcitas de Barrios, muy duras y resistentes, por lo que mantienen esta posición topográfica elevada. Altitudinal mente por debajo, nos encontramos las calizas laminadas de la formación Barcaliente, y allí donde terminan,  pasan a las más blandas lutitas y areniscas de la formación Beleño, en cuyo límite se asienta la laguna.

Esta es la base sobre la que se asentaron, durante la edad de hielo, diversos aparatos glaciares, que retocan intensamente la fisionomía, tallando circos y aristas que remodelan la fisionomía anterior. En su tránsito ladera abajo, arrancan materiales de las paredes, que trituran, acumulándose en diversos depósitos que atestiguan sus avances y retrocesos, en consonancia con las condiciones climáticas.

El cambio de competencia del sustrato cambia las condiciones del arrastre. Se forma un umbral que marca el inicio de una gran extensión de depósitos de “till”, compuesta de clastos de un tamaño muy heterogéneo, material que el hielo recoloca con su movimiento, disponiéndolos como cordones morrénicos.

Este umbral es el inicio de una de las morrenas laterales de la Riega de la Alegra, en el valle contiguo, y sirve de represa natural para las aguas de este lago. La morrena se inicia con un ascenso pronunciado para inmediatamente cambiar la pendiente hacia una pequeña llanada, donde se localiza otro pequeño pozo, el Lago El Piornal. A partir de este, desciende de manera alargada marcando el camino del valle glaciar, hoy retocado por el río.

De las condiciones frías no sólo son fieles testigo estas morrenas, sino también la presencia en la zona de glaciares rocosos relictos, indicadores de condiciones periglaciares intensas e incluso de permafrost, suelos permanentemente helados a lo largo del año. Los glaciares rocosos son depósitos de clastos que por efecto del hielo intersticial se deslizan ladera abajo en forma de coladas, semejantes en su forma externa a las de lava volcánica. El ser relictos implica que el hielo interno se ha fundido, por lo que ha cesado su movimiento.

La vegetación es la típica de alta montaña, con herbáceas no pratícolas en la cabecera, y piornales, escobonales y brezo blanco sobre los materiales morrénicos propiamente dichos, donde aumenta la fracción fina en el suelo.

El área donde se encuentra esta lámina de agua está protegida dentro del Parque Natural de Redes, declarado como tal por el Principado de Asturias en 1996, con el objeto de proteger la naturaleza y el paisaje imperante, prestando atención no sólo a la naturaleza, sino también al modo de vida tradicional de los espacios de montaña de la región.

Dentro de sus límites, además de la vegetación de alta montaña, aparecen especies endémicas como el helecho juncal, junto al Lago Ubales, o el junco lanudo. La especie forestal más abundante es el haya, junto al roble albar, el abedul y el rebollo, estando muy extendido además el castaño.

Entre la fauna que lo habita destaca el oso pardo, que aparece ocasionalmente, junto al lobo, jabalí o rebecos, entre otros. Aquí se encuentra uno de los principales núcleos de urogallos, y surcan sus cielos ejemplares de águila real y alimoches.

El agua es uno de los elementos más significativos de estos parajes. No en vano, aquí tiene su nacimiento el río más largo y caudaloso de Asturias, el Nalón, y de sus aguas bebe el 80% de los habitantes del Principado, a partir del agua recogida por el sistema de embalses de Tanes – Rioseco, para el centro de Asturias, y de La Fuentona en Los Arrudos, cuya agua se deriva a Gijón, la ciudad más poblada.