El Pozón de la Dolores, también conocido como Pozón de los Ingleses, es una laguna de origen antrópico que se localiza en el municipio de Camargo, en la Comunidad Autónoma de Cantabria. Se encuentra al suroeste de la Bahía de Santander, separada de ella por casi seis kilómetros.

Se localiza en las coordenadas 3°53’9’’ longitud oeste y 43°23’9’’ latitud norte (WGS84), que se corresponden con las 428.262 – 4.804.039 del sistema de referencia Universal Transversal Mercator (U.T.M.) Datum ETRS 89, zona 30. Ocupa aproximadamente una superficie de 13,16 hectáreas.

Cuando se dice que el origen de este lago es antrópico, es porque el hueco que acoge las aguas fue originado por el ser humano, como consecuencia de las actividades extractivas para explotar las menas de hierro que se encuentran en estas tierras. Este mineral fue muy apreciado sobre todo en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. La invención del Convertidor Bessemer, que permitía fabricar acero a partir del hierro bajo en fosfatos, benefició a partir de entonces las explotaciones cántabras y vizcaínas, que tienen la rara cualidad de estar casi libres de fósforo.

La Sociedad La Paulina, formada por un grupo capitalista en 1865, poseía 35 concesionas en la zona alrededor de la Bahía de Santander. Las principales minas eran la de Francisco, Antonia, Nela, Babilonia y la que nos ocupa, la Mina de la Dolores. Su actividad dependía de la siderurgia británica, ya que se cargaba la producción en barcos que partían hacia los puertos de Gales, aunque la demanda era muy variable, condicionando la actividad.

En 1886 el capital extranjero se hizo con gran parte de las concesiones. En este caso, la compañía escocesa William Baird & Co. Ltd. (posteriormente Bairds Mining Co.) adquiere los derechos mineros de la sociedad. Esta compañía hizo crecer la productividad y la producción, con destino a Glasgow, con un crecimiento que se mantuvo hasta el comienzo de la I Guerra Mundial, en 1914.

A finales del siglo XIX, se perfecciona el método de aprovechamiento del hierro rico en fósforo, por lo que, al extenderse el procedimiento, aumentó la competencia, provocando la caída de los beneficios. El estallido de la Gran Guerra limitó el mercado, comenzando una decadencia que terminaría con el inicio de la Guerra Civil Española, en 1936.

Durante su explotación, el lavado se llevaba a cabo en la Mina Babilonia, y se transportaba a puerto en tren, hasta que en 1923 instalan un cable aéreo de 5.839 metros de largo que conectaba con Astillero. Para llevar a cabo el lavado se extraía agua del suelo mediante bombas, pero se producían subsidencias, colapsos del terreno conocidos localmente como “Soplaos”. Los lodos del lavado de materiales impermeabilizaron el fondo de unos de estos cráteres, que cortaba el nivel freático, y mediante el desvío de los arroyos circundantes se aumentó el caudal de agua para su llenado, siendo utilizados como depósitos de las instalaciones. Así comienza la historia del Pozón de la Dolores, y se entiende el porqué del su otra denominación, Pozón de los Ingleses.

Con el tiempo, este espacio se ha convertido en importante activo ecológico, en el que predomina el paisaje de Bocage, típico de la Cornisa Cantábrica. Los prados, en parcelas irregulares, dada la orografía, se separan por setos vivos de especies como el laurel, fresnos, o incluso robles. Las orillas se cubren de juncos, carrizos y alisos, formando una barrera que dificultan el acceso.

Las especies autóctonas sólo se ven perturbadas por algunos grupos de eucaliptos. En conjunto, este ecosistema sirve como refugio de aves migratorias invernantes acuáticas, como el ganso común, ante la degradación de las marismas de la Bahía de Santander, debido a la urbanización creciente y su deforestación.

La gestión del espacio la realiza la Fundación Naturaleza y Hombre, mediante la Custodia Voluntaria, acordada con empresa propietaria de los terrenos. En los últimos años se han plantado 1.000 pies de vegetación de ribera, fresno y sauce, para facilitar el anidamiento y mejorar la biodiversidad.