El lago de las Moñetas es una pequeña lámina de agua asociada a una depresión kárstica, que se encuentra en los Picos de Europa, en su parte Asturiana, aunque muy cerca de la frontera con la vecina Cantabria, que aquí marcan las cumbres de la Sierra de Juan de La Cuadra.

Se localiza en las coordenadas 4°47’22’’ longitud oeste y 43°11’30’’ latitud norte (WGS84), que se corresponden con las 354.599 – 4.783.647 del sistema de referencia Universal Transversal Mercator (U.T.M.) Datum ETRS 89, zona 30. Tiene una masa de agua muy claramente definida por la depresión circular que la contiene, ocupando un área de 3.820 m2 con un perímetro de 230 m, en torno a los 1.711 metros de altitud.

Los Picos de Europa, a caballo entre las provincias de Asturias, León y Cantabria, coinciden con el núcleo de mayor intensidad de plegamiento de la antigua orogenia varisca, que a final del paleozoico surge como resultado de la colisión de varias placas continentales. Este choque se traduce en enormes esfuerzos que doblan y rompen los materiales que ya se encontraban depositados, elevándolos hasta alturas que se estiman fueron comparables a las que actualmente se dan en las más altas cimas del planeta. Esta cadena, con el tiempo fue desmantelada en su mayor parte, aunque con la orogenia alpina se reactivó más recientemente.

En esta parte de Los Picos aparece una litología principalmente, la caliza, una roca compuesta principalmente por carbonato cálcico, que se forma en mares cálidos y poco profundos. En este caso aparecen dos tipos de calizas; en la parte topográficamente más alta de la sierra aparecen calizas de color oscuro, que se conocen como calizas de montaña, datadas como del carbonífero superior. En la parte más deprimida aparece la caliza de Picos de Europa, depositada en un tiempo geológico inmediatamente posterior a las anteriores. Son calizas blancas de grano fino, en las que pueden aparecer intercalaciones de nódulos rojos. Se estima una edad cercana a los 300 millones de años.

Aparecen dispuestas como cabalgamientos, sucesivos que repiten la secuencia, deslizándose en bloques a través de fallas inversas.

Estas rocas carbonatadas son muy susceptibles a la disolución, a través de un proceso que se conoce como karstificación. En superficie se traduce como unas pequeñas acanaladuras que cruzan verticalmente la cara exterior de la roca, llamadas lapiaces, y a una escala algo mayor, como depresiones, las dolinas, localmente conocidas como “hous”.

El fondo de estas depresiones puede ser tapizado por los restos arcillosos que se intercalan en la caliza, impermeabilizándolo. Cuando esto sucede, como en este caso, el agua de escorrentía, que normalmente se filtra al interior de la roca, permanece en la superficie, formando lagos como este de Las Moñetas.

En la actualidad las condiciones, derivadas de la altitud son frías en invierno, lo que hace la roca, deleznable, sufra mucho con los procesos de crioclastia (pasos reiterados por el punto de congelación del agua) o termoplástica (cambios de temperatura amplios y reiterados entre el día y la noche). Esto deriva en la fractura de clastos que por efecto de la gravedad se van acumulando al pie del cantil, tapizando las laderas. Su actividad continua, junto a la nieve, impide que se asiente una vegetación desarrollada, que se limita a especies herbáceas muy escasas (Campanulo arvaticae-Saxifragetum paucicrenatae).

Este espacio se encuentra dentro del límite del Parque Nacional de Los Picos de Europa. Su antecedente es el Paruqe Nacional de La Montaña de Covadonga o Peña Santa, que en 1918 fue el primero en ser declarado en España (la segunda nación en hacerlo en Europa, tras Suiza) siguiendo el modelo de protección que habían iniciado los Estados Unidos.

Fue el Marqués de Villaviciosa de Asturias, Pedro José Pidal y Bernaldo de Quirós, el responsable de la creación, no sólo de este parque, sino de la ley que los define. Y es que el por entonces diputado a cortes, enamorado de este paisaje, fue el primero en escalar la más inaccesible de las cumbres, el Picu Urriellu, o Naranjo de Bulnes, en compañía de Gregorio Pérez “El Cainejo”. Ya siendo senador, propuso y defendió vehementemente la ley que culminó con la declaración del parque en 1918, coincidiendo con el milésimo ducentésimo aniversario de la Batalla de Covadonga.

Los límites por ese entonces se restringían al Macizo Occidental, donde se localiza Covadonga, hasta que en 1995 se amplió, pasando a ser el Parque Nacional de Picos de Europa. Con esta ampliación pasó a estar este lago bajo su protección. En el año 2015 se amplía nuevamente hasta llegar a la extensión actual.