El Lago Bueno es una pequeña masa de agua enclavada en la Sierra de la Serrantina en el Término Municipal de Somiedo. Se encuentra dentro de un circo glaciar orientado al norte, que parte desde la divisoria de aguas bajo el Pico Cogollo.

Se localiza en las coordenadas 6°20’37’’ longitud oeste y 43°03’28’’ latitud norte (WGS84), que se corresponden con las 716.305 – 4.770.643 del sistema de referencia Universal Transversal Mercator (U.T.M.) Datum ETRS 89, zona 29. Su lámina de agua mide 9.066 m2, encerrados dentro de un perímetro de 377 metros. La altitud de su orilla es de 1.600 metros sobre el nivel del mar.

El sustrato geológico está formado por las areniscas y pizarras más antiguas, del precámbrico. Esta etapa engloba todo el tiempo desde la formación de la tierra, hace 4.500 millones de años, hasta los 542 millones de años. Son rocas muy metamorfizadas y alteradas por las sucesivas orogenias, sin apenas registro fósil.

Estas estructuras forman parte de la divisoria de aguas que culmina la Sierra de la Serrantina, una arista afilada por acción del glaciarismo, que va cortando distintos circos glaciares, separados a su vez por otra serie de bordes afilados, dejando en la confluencia picos casi piramidales, conocidos geomorfológicamente como Horns.

En este caso, los picos Cogollu (1.969 m), Buzongo (1.945 m) y Cebolléu (2.087 m) unen la fina línea que delimita un circo lobulado, con hasta tres cuencas de recepción. Al descender por la pendiente confluyen hacia el norte para formar una sola lengua de hielo que da una nueva forma al valle, más redondeada, con un perfil que se asemeja a una “U”.

La presencia de un cabalgamiento, una falla inversa por la que remontan los materiales similares, aunque más modernos, del cámbrico, forma una discontinuidad que se traduce topográficamente  en un umbral, un escalón que será el que retenga las aguas que se recogen en la ladera, dando lugar al Lago Bueno

Este espacio se encuentra comprendido dentro de los límites del Parque Natural de Somiedo, declarado el 10 de junio de 1988 por el Principado de Asturias. Su objetivo es preservar el excepcionalmente bien conservado ecosistema, dados sus valores naturales, y la gran diversidad de fauna que lo habita.

Parte de su buen estado es consecuencia también uno de los mayores problemas, una densidad de población muy baja, a la que se añade una muestra envejecida, con tendencia decreciente. La lejanía a los ejes de comunicación principales, junto a la difícil orografía, parecen los principales responsables de esta circunstancia, que dificulta el relevo generacional. El paisaje actual es fruto de la interacción entre la naturaleza y el uso que hace de ella el ser humano, y la pérdida de los trabajos tradicionales conlleva necesariamente un cambio.

Abunda la vegetación en todos sus estratos; arbóreo, matorral, así como prados y pastizales, llegando a la vegetación subalpina. Los lagos y lagunas, como esta que nos ocupa, son propicios para la aparición de vegetación higrófila.

Este hábitat da refugio a gran cantidad de aves, como el urogallo cantábrico, y de mamíferos como la nutria o el desmán ibérico, indicadores de las buenas condiciones. Pero entre ellos destaca la presencia del oso pardo, ya que se estima que aquí viven la mitad de los que se encuentran en toda la Cordillera Cantábrica.

El entorno del Lago Bueno está declarado como Zona de Reserva Ecológica, ya que este hábitat se encuentra en un estado de conservación excepcional. Por eso, en el Plan Rector de Uso y Gestión se excluye el acceso público y se considera refugio de caza, con una presencia humana muy restringida.