El Lago Negro, o de Calabazosa, es uno de los mayores del Complejo Lacustre de Somiedo, tan sólo menor que el Lago del Valle. Enclavado dentro de Concejo de Somiedo, en el Principado de Asturias, cuenta con un origen glaciar, y está considerado como Monumento Natural, formando parte del Parque Natural de Somiedo.

Se localiza en las coordenadas 6°06’17’’ longitud oeste y 43°02’50’’ latitud norte (WGS84), que se corresponden con las 735.811– 4.770.107 del sistema de referencia Universal Transversal Mercator (U.T.M.) Datum ETRS 89, zona 29. Su lámina de agua, muy definida por la cubeta glaciar que lo acoge, mide 15,6 hectáreas, encerradas dentro de un perímetro de 1.617 metros. Puede llegar a acoger hasta 1.810.000 m3 de agua. La altitud de su orilla es de 1.640 metros sobre el nivel del mar.

El Complejo Lacustre de Somiedo está compuesto por una serie de 12 lagos que se agrupan a los largo de dos valles somedanos; el Valle de Saliencia, al noreste, y el Valle del Lago, al suroeste, separados por un crestón calizo.


El Lago Negro, se encuentra bajo un crestón de caliza de Santa Lucía, culmen de un complejo cabalgamiento coronado por la Peña de Calabazosa, a 2.086 m, que forma parte del Manto de Somiedo. La parte superior de este cantil sirve de frontera entre la provincia de León y el Principado de Asturias, distando muy poco de su ribera. Descendiendo la cota desde la cumbre nos encontramos con la caliza de montaña, que es el soporte físico sobre el que se asienta esta masa de agua.

Las calizas en sí mismas son propensas a la disolución, filtrado con facilidad las aguas hacia su interior. Sin embargo, durante la última glaciación, se asentó sobre las cumbre una importante masa de hielo, que al descender a través de los valles arrastraba materiales de las paredes rocosas, tallando un valle en artesa o “U”, a la vez que los depositaba, en el frente y el fondo de las lenguas. Son estos materiales, conocidos como “Till”, los que impermeabilizan el fondo lo necesario para retener el aporte hídrico del valle, dando lugar al lago.

Desde el lago negro parte una conducción que lo comunica con el Lago de La Cueva, y desde este otra se dirige hacia el Arroyo de Los Lagos, en el Valle de Saliencia. Aguas abajo, un azud deriva parte del caudal hacia el Canal de Saliencia, que recorre más de 10 kilómetros, y cruzando al Valle del Lago, que corre en paralelo a este, se reúne en el Embalse del Valle con la aguas del Lago del Valle.

El objetivo de esta obra era y sigue siendo el de alimentar las turbinas de la Central Hidroeléctrica del Salto de La Malva, cerca de Pola de Somiedo, con el fin de abastecer de energía eléctrica a las poblaciones de Oviedo, Lugones y Gijón. Este aprovechamiento data de un proyecto de 1912, concretado en la concesión de 1914 para utilizar 3.820 litros de agua por segundo procedentes de los valles de Saliencia y de Valle del Lago. La central se puso en marcha tres años después, y la maquinaria original no sólo está en perfecto estado de conservación, sino que sigue en uso en la actualidad.

Esta maquinaria estaba compuesta inicialmente por dos generadores de tipo Pelton, ampliadas a cuatro posteriormente, que suman un total de 9.140 Kv, 44 Gwh anualmente. Este tipo de turbinas, diseñadas en el siglo XIX por Lester Alan Pelton, consiste en una rueda rematada por cucharas, especialmente diseñadas para aprovechar el flujo a presión del agua.


Para conseguir la presión, se conduce el agua de este conjunto de lagos al Embalse del Valle, dirigiendo su caudal directamente a la central a través de una tubería forzada con una caída de 571 metros.

 

La regulación del caudal que parte del lago se llevaba a cabo a través de cuatro válvulas, siendo una de ellas eléctrica, con lo que podía ser controlada a distancia, toda una innovación para la época. Además, se instalaron sistemas de medición Rittmeyer, sondas eléctricas capaces de registrar los niveles telemáticamente.

El conjunto de los lagos de Somiedo se encuentra dentro del Parque Natural de Somiedo, y se clasifica además como Monumento Natural, una figura legal que se aplica a los espacios naturales que por su singularidad y belleza requieren una protección especial. Se destaca no sólo la geomorfología glaciar de los lagos, sino también la vegetación. En los lagos hay importantes comunidades de plantas flotantes y sumergidas y especies propias de las orillas temporalmente encharcadas. Los alrededores se ocupan con enebrales rastreros, gayuba y aulugares. Entre ellos aparece la Genciana, catalogada como de interés especial.

La fauna presente también es variada y de interés especial, como la nutria, o en peligro de extinción, el oso pardo. Las aves están representadas por el águila real, el alimoche, y el gorrión alpino.

Las aguas de los lagos son el hábitat de la mayor parte de los anfibios del Parque Natural, con presencia del tritón alpino y palmeado, la salamandra común, los sapos común y partero, así como las ranas bermeja y patilarga. Los peces son mayormente el resultado de las introducciones a lo largo del siglo XX, encontrándose el salvelino, la trucha arcoíris y el piscardo.